A las 6:10 de la mañana del lunes 2 de julio, un Boeing 757 de American Airlines salió del Aeropuerto Mariscal Sucre rumbo al Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito. En él viajaban 50 pasajeros, entre autoridades e invitados especiales, para evidenciar el primer aterrizaje de una línea comercial en la nueva pista. Tras 9 minutos de viaje, el avión descendía en Tababela mientras el sol iluminaba el horizonte quiteño. En la pista, dos autobombas recibieron a la nave formando un arco triunfal con el chorro de agua; una costumbre aeroportuaria para celebrar los aterrizajes especiales.
Este vuelo de aproximación y aterrizaje con un avión comercial, comprobó el correcto funcionamiento de los Sistemas de Navegación de Área (RNAV por sus siglas en inglés) diseñados para el NAIQ. Esta aeronave de gran tamaño, piloteada por el jefe de pilotos de American Airlines, Brian Will, cuenta con una tecnología especial GPS en su aviónica, con la cual se confirman los puntos que debe seguir un avión en la trayectoria de aproximación instrumental al NAIQ.
Este descenso exitoso, como lo aseguró el alcalde Augusto Barrera, confirma que los descensos instrumentales diseñados e implementados para la aproximación y aterrizaje en el NAIQ cumplen con los estándares internacionales de Seguridad Operacional Aeroportuaria.